Ponerse a andar. La mente no deja cavilar.
Las piernas doloridas están de tanto cemento irregular.
de tanto pisar el mismo paso, las mismas huellas que ya se han hecho y deshecho
Y vuelve uno a trotar... pero por poco tiempo.
El camino es siempre el mismo. Adelante o atrás.
En diagonal o en paralelo.Y enfrente y al lado el muro bastardo que no deja mirar,
que impide la visibilidad de ver más allá de este campo yerto.
Por Juan Ramon Franco Vigara Preso Anarquista